Para conducir con seguridad lo más importante es que lo hagas cómodo y de forma que puedas maniobrar con facilidad. Debes llevar una postura correcta del asiento, la distancia justa a los pedales y las manos en el volante en posición adecuada.
Empezaremos colocando el asiento, la distancia ideal es la que te permita en un coche manual estirar la pierna casi completamente pisando el pedal del embrague hasta el fondo, en un coche automático la pierna debe quedar bastante estirada cuando pisas el pedal de freno a fondo. Esto te permitirá cansarte menos al conducir, responder rápidamente y poder pisar los pedales con fuerza en caso de emergencia. La altura adecuada del asiento es la más baja que puedas, teniendo buena visibilidad. Y, finalmente, la inclinación del respaldo es también muy importante, no debes ir demasiado recto ni muy recostado.
El reposacabezas debe ir bastante próximo a tu cabeza, en caso de accidente es éste el que protege tu cuello. El volante debe cogerse con las manos “a las tres menos cuarto” con los codos doblados en un ángulo de 90º, para conseguirlo lo mejor es que pegues los hombros al asiento y, que estirando los brazos, las muñecas queden a la altura de la parte de arriba del volante.
Para colocar los retrovisores exteriores debes tener en cuenta que deben estar muy abiertos para ver lo máximo que puedas de la carretera, pero puedes ponerlos de forma que se vea un poquito del lateral de tu coche, para tener una referencia al calcular distancias. El retrovisor interior debe “encajar” la luneta trasera en su reflejo.
Una vez te acostumbras a conducir con una mano, recostado y con el asiento hacia atrás es bastante difícil cambiar esos hábitos, pero es muy importante que en caso de accidente tu respuesta sea lo más rápida posible y una sola mano en el volante no te permite la capacidad de reacción necesaria, por eso, puedes ir adecuando poco a poco tu postura hasta que consigas estar cómodo en una posición correcta.